Este
aprendizaje me sugiere, un aprendizaje autónomo, el “tomar las riendas
de uno mismo”, es decir, el alumno como dueño, responsable de su educación.
El aprendizaje autorregulado es una
forma de aprender a aprender, en la que cada alumno es quien determina
sus propios objetivos, cómo los planifica, qué debe aprender, etc., es decir:
regula su aprendizaje. En este aprendizaje hay implicación (quizás personal) por parte
del alumno y sirve para poder potenciarse al máximo. Esto, permite conocerse
más y mejor para poder “explotarse” al máximo y sacar lo mejor de uno mismo.
En mi opinión, este aprendizaje está
muy ligado a la motivación, a la voluntad, a la curiosidad y a las ganas de aprender que posee cada uno. Para que se dé con éxito este aprendizaje se necesita adquirir una serie de estrategias/ herramientas. Aquí, es donde entra en juego el papel profesor, el cual debe transmitir, enseñar, ofrecer
las diversas estrategias que necesitarán. Además, tiene que transmitirles que
son capaces, que pueden hacer todo lo que se propongan (siempre dentro de las
capacidades de cada alumno), es decir, hacerles creer en sí mismos, para que vean que pueden “ser capaces de tomar
las riendas de su vida” y poder autorregularse.
Es decir, el profesor debe
acompañar, guiar, ser un modelo activo. Será el guía que acompañe, esté
presente y le indique el camino a seguir. Pero eso sí, no dándole todo hecho
para que simplemente se limite a realizarlo, sino dejar que el alumno experimente, despierte la
curiosidad, pruebe, de pie a su creatividad, se equivoque, aprenda de los
errores y ponga en acción las capacidades o habilidades para la resolución de
problemas, etc. Y, cuando se equivoque, atasque o desanime será el profesor el
que le guíe, motive, aconseje, ayude, de seguridad y anime a probar, “a levantase de nuevo” para
que no pierdan las fuerzas, la paciencia, el creer en sí mismo o el interés.
Los profesores tienen que hacer
conscientes a sus alumnos de su propio proceso de aprendizaje, potenciando en
ellos el ser autónomos y el mantenerse activos y haciéndoles ver lo
importante que es el aprender y la necesidad de aprender siempre, “de
por vida”, ya que: nunca se deja de aprender, y de asombrarse uno mismo de lo
nuevo, y de lo que puede llegar a aprender. Y todo esto, haciéndolo individualmente, ya
que cada alumno, cada persona, es diferente y única.
En conclusión, el profesor debe fomentar en cada alumno el interés, las ganas de
aprender y de poder conocerse …para que cada alumno pueda “tomar las riendas de sí mismo”.
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